«El púrpura de las estrellas», de Javier Ballesteros García, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Con la copa en la mano, a las faldas de la sierra de Gredos y junto al río Alberche, contemplaba en la compañía de mi alma el Cinturón de Orión en el cielo estrellado de Escalona, formando las estrellas una conjunción sin igual que se veía reflejada con destellos púrpuras en el vino de la Hacienda Villarta, que saboreaba como frutos rojos al son de las estrellas y de mi esencia.

Muchas gracias a Javier Ballesteros García por su participación.

Suerte en el concurso.

«Lluvia», de José Luis Alvarez Gago, en Microrrelatos «Villarta»

Al salir de la Hacienda Villarta, llovía como nunca había llovido en todo el verano. El viejo 850 de mi padre se ahogaba bajo aquellas gotas y, al final, claudicó.

Corriste hacia el árbol y te seguí despacio. A su abrigo, te sorprendí con dos copas y su alegre tintineo en una mano y, en la otra, una botella de Besanas. Bebimos hasta que no supe si tu risa era vino o tu pupila agua.

Después tus besos tibios… y la luna.

Muchas gracias a José Luis Alvarez Gago por su participación.

Suerte en el concurso.

«La cena», de Ángel Manuel Gálvez Hervás, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Miguel cuidó hasta el más nimio detalle. Tomó el decantador y, en aquellas dos cunas de cristal, sirvió un Besanas de la Bodega “Hacienda Villarta”. Dijo que, en la copa, susurraban los sarmientos padres de este reserva divino.

Me miró a los ojos, brindamos y me dejé inundar de sensaciones. Me enamoré al instante y mi corazón sigue latiendo por él.

De Miguel hace mucho que no sé nada.

Muchas gracias a Ángel Manuel Gálvez Hervás por su participación.

Suerte en el concurso.

«Euforizante», de Juan Manuel Pérez López, en Concurso Microrrelato «Villarta»

El plasmarradar del OVNI mostró: fortaleza  sospechosa conteniendo cilindros de líquido rojo. La imagen, nunca antes vista, alarmó al ciberoperador que informó al astrocapitán; éste, introdujo en el neodesencriptador el nucleoalgoritmo cifrado.

Descifrado, leyó:

• Identificaciones:
  • Fortaleza: BODEGA “HACIENDA VILLARTA”.
  • Líquido rojo: EUFORIZANTE DENOMINADO VINO.

Muchas gracias a Juan Manuel Pérez López por su participación.

Suerte en el concurso.

«Un pequeño placer», de Olga Ayza Pérez, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

De color rojo intenso, suave, con una dispersión de matices embriagadores que llegan a mi garganta, así siento este vino, como la siento a ella.

No puedo evitarlo. Cada año me acerco a la bodega “Hacienda Villarta”, donde la conocí, para recordarla más cerca.

Son pequeños momentos de placer. No sé si volveré a enamorarme, lo que si sé es que existe este pequeño paraíso.

Muchas gracias a Olga Ayza Pérez por su participación.

Suerte en el concurso.

«Tropezón mortal», de Encarna Cuesta García, en Concurso Microrrelato «Villarta»

Al salir de la bodega, resbalé y caí de bruces llevando encima una botella de «Besanas». Al ver la gran mancha rojo bermellón en el suelo solamente pude suplicar  misericordia divina, implorando:

-Dios mío, Dios mío, que sea sangre…

Muchas gracias a Encarna Cuesta García por su participación.

Suerte en el concurso.

«Me ayudó cierto Besanas», de Francisco Juan Barata Bausach, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

No quería ir a Escalona. Sin mi mujer nada anhelaba. Mi hermana me secuestró,quería visitar la Bodega “Hacienda Villarta”, comprar vino, su novio se lo pidió.

Llegamos, visita, moderno, limpio, bonito, amables, mi cara de acelga. Al entrar en la tienda vi una botella de Besanas, la última copa que bebí con ella antes de…

Recordar la noche, catar tan buen caldo, me reconfortó con la vida, pude soñarla.

Muchas gracias a Francisco Juan Barata Bausach por su participación.

Suerte en el concurso.

«Brindis bajo el cielo de Escalona», de Gusmar Carleix Sosa  Crespo, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

El río Alberche cantó tu nombre. Delicioso recorrido de sendas abundantes, contenido en su cauce señaló el camino y sin dudarlo me dejé llevar.

Yo, forastero de ojos inquietos y andanzas incansables. Tú, oriunda de sonrisa desafiante, con el coraje joven y el anhelo indómito.

En la Hacienda Villarta me invitaste un vino. El forastero y la oriunda brindando por el encuentro.

Muchas gracias a Gusmar Carleix Sosa  Crespo por su participación.

Suerte en el concurso.

«La musa», de Ingrid Pistono García, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Suele acercarse al olor de la copa recién servida, frente al papel en blanco aspiro sus aromas antes de probar un primer sorbo…

Hacienda Villarta ayuda a atraer a la musa, esa extraña que a veces nos visita, la loca de la casa que viene y va a su antojo. Una vez hecha esa primera cata, la inspiración se aproxima lentamente y yo comienzo a escribir las primeras líneas…

Muchas gracias a Ingrid Pistono García por su participación.

Suerte en el concurso.

«Ambrosía», de Rafael Bailón Ruiz, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Observaba las tonalidades del líquido y, ensimismado, daba pequeños sorbos, acertando la cosecha, el tiempo exacto de maceración y paladeando el sabor de las uvas esmeradamente cuidadas en las Bodegas Hacienda Villarta.

Disfrutaba de aquel elixir de los dioses, recorriendo como un río candente su cuerpo, más quiso pedir una última copa de aquel néctar que tan bien supo seducirle.

Muchas gracias a Rafael Bailón Ruiz por su participación.

Suerte en el concurso.

«Vivo en Toledo», de Antonia Victoria Mogollón Fajardo, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

-Mamá, yo quiero trabajar allí, cuando sea grande.

-Esa es la Hacienda Villarta ¿Cómo vas a trabajar ahí?¿quieres ser recolector?

-No mamá, yo quiero ser Agrónomo, o Ampelólogo y ayudar al Bodeguero. Que su vino , siga siendo buen vino, gracias a mí…  y que sigan recibiendo premios Nacionales e Internacionales… que todo el mundo sepa, que el mejor vino está en Toledo, mamá, y que tú estés orgullosa de que sea gracias a mí.

Muchas gracias a Antonia Victoria Mogollón Fajardo por su participación.

Suerte en el concurso.

«Sabor a vino», de Jennyffer Avellaneda, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Entonces la acerco hacia él y, mientras el perfume recorría todos sus sentidos, se imaginó a aquella mujer convertida en un vino de textura ligera, con un sabor suave y dulce.

Ella se sentía en un viñedo, a su lado, lejos del mundo; entonces  le recordó aquella pasión que sentía por el delicioso aroma de ese licor de la Hacienda Villarta y, al probar su ser, él se dio cuenta que ella  era el vino perfecto.

Muchas gracias a Jennyffer Avellaneda por su participación.

Suerte en el concurso.

«La cata», de Juan Manuel Sánchez Moreno, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

En la Hacienda Villarta todo reinaba el desconcierto: el viejo Besanas se quejaba ante la esbelta Riedel de que lo mareaba en exceso con el pretexto de airearlo, y la copa catavinos insinuaba que el reserva la llenaba de lágrimas:
—Si algo sale mal –dijo Besanas-, las culpas serán para el corcho.

Muchas gracias a Juan Manuel Sánchez Moreno por su participación.

Suerte en el concurso.

«El guichi» (tasca gaditana), de Manuel Escolar Mora, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Los parroquianos del «guachi» de mi padre eran gente ruda, acostumbradas a tomar tinto rasposo, tirárselo al pecho y finalizar con un ¡guach!

Un día mi padre contó las aventuras del «loco» Don Quijote y la razón de las repetidas andanzas por la Bodega Hacienda Villarta. Sus caldos, variedades y sus aromas… hoy sólo hacen ¡guau!

Muchas gracias a Manuel Escolar Mora por su participación.

Suerte en el concurso.

«¡VOY A SER PADRE!», de Francisco Javier Conejo Hidalgo, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

«Hacienda Villarta» rezaba en su etiqueta. La descorché con tiento. Aquel aroma me cautivó trasladándome por un instante a aquella tierra que tanto anhelo.

-Por ti, por nosotros… por él -expresé emocionado alzando mi copa de vino, observando sus brillantes y profundos ojos, su bella y sincera sonrisa, su magnífico cuerpo de mujer embarazada.

Muchas gracias a Francisco Javier Conejo Hidalgo por su participación.

Suerte en el concurso.

«La decisión», de Eva Jara Blanco, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Mis abuelos y mis padres habían trabajado todos en la bodega “Hacienda Villarta”. El vino ha sido algo que ha rodeado mi vida desde que tengo uso de razón.

Mi padre se jubilaba y me ofrecían su puesto. Yo había estudiado Historia del Arte, pero la crisis me impedía ejercer. ¡Dudaba si aceptar! Pero, esa noche, me serví una copa de vino tinto y supe que aceptaría el trabajo: lo llevaba en la sangre.

Muchas gracias a Eva Jara Blanco por su participación. Suerte en el concurso.

«Un día nublado de verano», de Óscar Gómez Calvo, en Concurso Microrrelatos «Villarta»

Por aquel entonces Maura no solía hablar mucho. Siempre se quejaba de ‘esto, esto’, frotándose la frente, casi con rabia. Un día se puso parlanchina y me habló de la vendimia. Disfrutaba. Me asombró la minuciosidad de su relato, el colorido y detalle de las vides y el vino. Lo vivía en pantalla gigante.

Fue la última vez que vi a mi abuela sonreír. Ni siquiera sé si ella era consciente de que yo estaba allí, en la Hacienda Villarta. Lo último que se recuerda es ese lugar de cuando éramos niños.

Muchas gracias a Óscar Gómez Calvo por su participación. Suerte en el concurso.